Podemos decir que en el Diccionario Moderno de la alimentación, el uso coloquial y con qué se relacionan los alimentos es básicamente las calorías. ¿Y que es una caloría? La caloría es ni más ni menos una unidad de energía y que en relación con los alimentos es la suma de procesos físicos y químicos que transforman a los alimentos en energía.
La caloría se emplea comúnmente como una medida energética que contiene un alimento.
Las calorías se han manejado como una opción para diseñar dietas bajas en calorías y este tipo de dietas sustentan el hecho de que a menor número de calorías en una dieta supondría una baja de peso.
El término kilocaloría es también una forma de relacionar a la caloría como una unidad de medida.ç
Vale la pena decir que en el etiquetado ahora obligatorio de los alimentos procesados encontraremos casi siempre el valor energético de ese alimento.
Se dice que si el consumo de las calorías es superior a las que gasta un individuo, éstas se acumularán fundamentalmente en el tejido graso. Dicho de otra manera, se supondría que con un consumo menor de calorías podríamos estar bajando de PESO Y TALLA y ya que la energía es un elemento vital para la subsistencia, estaremos ahora hablando de los hidratos de carbono.
Los hidratos de carbono o glúcidos son también una medida energética de los alimentos y están relacionados básicamente con los macronutrientes o nutrientes energéticos de los alimentos, también son conocidos como glúcidos o azúcares y es la energía de más fácil acceso para el organismo.
La principal función de los hidratos de carbono es aportar energía al organismo.
Hay que mencionar que nuevas teorías establecen que es más nociva la ingesta de hidratos de carbono que contabilizar calorías ya que estas tienen un mayor nivel de índice glucémico que las calorías. Estas fuentes de hidratos de carbono desde el punto de vista nutricional se dividen en dos grandes grupos los azúcares y los almidones y se encuentran en:
1. Cereales: arroz, trigo, maíz, avena y mijo.
2. Pan.
3. Frutas.
4. Verduras- ricas en almidón.
5. Leche y sus derivados.
6. Legumbres: judía, garbanzos, chícharos.
7. Tubérculos y raíces (papas y nabos).
8. Azúcar (melaza, miel, piloncillo).