De acuerdo con la revista “International Food Information Council Foundation” los azúcares se presentan de forma natural y en una amplia gama de frutas, vegetales y productos lácteos. También son producidos de manera comercial y son agregados a los alimentos en forma de edulcorantes calóricos. Los azúcares liberan 4 Kcal por gramo aproximadamente, al igual que los hidratos de carbono complejos y la proteína. A continuación deseamos describir algunos de estos azúcares que se encuentran en nuestra alimentación:
Glucosa: principal fuente de energía para nuestro cuerpo, es la fuente primaria de síntesis de energía de las células y el principal combustible que normalmente utilizan las células de nuestro cerebro mediante su oxidación catabólica, es el componente principal de polímeros de importancia estructural como la celulosa y de polímeros de almacenamiento energético como el almidón y el glucógeno.
Fructosa: Todas las frutas naturales tienen cierta cantidad de fructosa (a menudo con glucosa), que puede ser extraída y concentrada para hacer un azúcar alternativo. Junto con la glucosa forman un disacárido llamado sacarosa o azúcar común. A diferencia de la glucosa que se absorbe instantáneamente produciendo un aumento y disminución rápida de energía, la fructosa es metabolizada y guardada, en parte por el hígado en forma de glucógeno como reserva para situaciones de esfuerzo. Sin embargo puesto que la fructosa acaba transformándose en glucosa produciendo una elevación glucémica en sangre, no se considera un edulcorante recomendable para las personas con diabetes.
Antiguamente, se creía que la fructosa podía ser un sustituto saludable de la glucosa, ya que endulza más que ésta última. De hecho al poseer un menor poder calórico, 400 kcal por cada 100 gramos, es posible endulzar del mismo modo con menos cantidad.
Sin embargo, desde la década de 1980 numerosos estudios han ido asociando las dietas ricas en fructosa a la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2, la obesidad, la gota y elevado colesterol, y triglicéridos. Las causas subyacentes parecen ser el hecho de que la fructosa debe ser metabolizada por el hígado, a diferencia de la glucosa.
Galactosa: este azúcar se considera simple y lo podemos encontrar únicamente en la leche y sus derivados, se convierte en glucosa en el hígado como aporte energético. Además, forma parte de los glucolípidos y las glucoproteínas de las membranas celulares, sobre todo de las neuronas.
La galactosa es sintetizada por las glándulas mamarias para producir lactosa, que es un disacárido formado por la unión de glucosa y galactosa, por tanto el mayor aporte de galactosa en la nutrición proviene de la ingesta de lactosa de la leche.